
Cuando era un cachorro ladraba cuando acariciaba a otros perros, fueran machos o hembras y de cualquier edad, e incluso en algunas ocasiones les daba mordisquitos (no con fuerza, era en plan, ''oye, quítate de ahí''), aunque después se apartaba como esperando la reprimenda. Ésto sólo se lo hacía a los cachorros, a los adultos ni de coña. Pero los ladridos eran siempre, tanto con unos como con otros. Celos o posesión, como lo queráis llamar. Los perros adultos pasaban de él, y yo lo corregía, le daba un toque y algunas que otras veces un cate en el hocico, lo apartaba y lo acariciaba cuando me daba la gana.
Bien, así conseguí buenos avances, estaba más contenta que una rana en un charco, hasta que empezó a volverse adulto

Ahora a las claras es que me reclama, vamos, que soy su hembra (no sabéis lo que me jode esto



Se ha dado ocasiones en las cuales los machos dominantes han aprovechado esas ocasiones para medirse con Dady. En una ocasión estuve rodeada por tres machos, el mío, un bodeguero y un mestizo de terrier, todos rondando el año, no veáis la bulla que formaron, ¡¡¡pues los muy jodíos empezaron a reclamarme!!! La madre que los parió, juro que me entraron ganas de darle cuatro guantazos a cada uno. No lo soporto, lo máximo que pude hacer fue empujarlos a todos, porque no son míos, porque si lo fueran de la reprimenda que les cae se le bajan a todos los humos...


Pero sinceramente, son escasísimas las veces en el que un macho se acerca a decirle al mío, eh, vamos a medirnos a través de tu dueña.
Y no, antes de que lo parezca, ni lo protejo ni nada por el estilo, él se viene a mi vera y conmigo es sumiso, cuando veo que se pone muy chulo le digo, ''¡eh!'' y baja orejas y cambia de actitud, pero sí, conmigo se pone sumiso, ahora como venga otro a reclamarme una mierda para mí.
Lo he intentado de verdad, corregirle, muchas veces, dándole toques y con una voz firme, y sí, me mira en plan, ''¿qué? Ya me relajo''. Pero vuelve a la carga, le riño, volvemos a lo mismo, él consigue lo que quiere, alejar al resto de perros de mí, así que la regañina le compensa, se me pueden acercar a las piernas y todo lo demás, el problema empieza cuando el perro comienza a tener un interés por mí (bien por el olor, porque lo acaricie...), o yo por él (porque le hable, porque quiera acariciarlo...), entonces viene y con un gruñido les deja claro que yo soy suya, de nadie más, y los perros le hacen caso

Llega un momento en el que lo doy por imposible, porque curiosamente las mujeres con perros machos tenemos más o menos el mismo problema, celoso de cojones, puede que sólo sea casualidad, pero observando he notado lo siguiente:
- Propietario hombre – perro macho. Bien.
- Propietario mujer – perro hembra. Bien.
- Propietario hombre – perro hembra. Bien (aunque he notado que son algo más celosas).
- Propietario mujer – perro macho. Jodido.
Con mi hermano no es tan celoso, es más indiferente.
A veces pienso que me a costar mucho porque como es perro único, no tiene porqué compartirme, si desde chico se hubiese criado con más perros quizás lo viese como algo más normal.
Pero me encabrona mucho que sea así, porque disfruto como una loca tocando a los perros, y tengo que aprovechar sus distracciones para tocarlos, aggg...
¿Es normal? ¿A alguien más le ocurre? ¿Algún consejo? Ayuda
