Un cahorro equilibrado, será un adulto obediente y educado. Para esto, el amo tiene que saber, que todo depende de él, y de una equilibrada combinanción de cariño y autoridad. Desde que el cachorro llega a su nuevo hogar, debe comprender que no es él quien manda, y que ocupa un rango inferior dentro de ese grupo, y debe obedecer. Las caricias, el contacto con otros perros, y los ejercicios de sumisión, lo pondrán en su sitio y garantizarán su obediencia, equilibrio y cariño. Así como en las manadas cada animal ocupa su lugar, en nuestra casa también debe saber el sitio que ocupa dentro de la estructura familiar.Para lograr esto, se necesita:
- Contacto con otros perros. Para lograr una mejor relación, los cachorros requieren convivir con sus hermanos hasta su séptima semana de vida, pues durante ese período aprende a identificar a sus compañeros de especie como individuos sociables, y asimilará el comportamientos básico que necesitará para relacionarse en un futuro con otros perros, y lo mas importante, su identidad comenzará a desarrollarse. Cuando este contacto resulte imposible, habrá que sustituirlo con el humano, proporcionándole caricias, juegos y elogios, por lo menos durante treinta minutos diarios. Por supuesto que esta trae ventajas y riesgos. Por una parte el cachorro se acostumbrará rápidamente a la presencia humana y aceptará de inmediato la superioridad del amo, pero se verá privado del contacto con los de su misma especie, lo que puede dar lugar a situaciones violentas cuando se enfrente a otro perro. Por lo menos, debe tratarse que se relacione con otros peros de la zona, aunque sea de lejos y a base de ladridos. Si se ve privado de la presencia de sus congéneres y el amo no sustituye su falta, lo mas probable es que el animal tenga en un futuro serios problemas de relación.
-Consentirlo. Es necesario el contacto físico entre el cachorro y su dueño, pues esto equivale a las caricias y lambetazos que da la madre. No es sólo dar palmaditas en su espalda, sino un contacto físico pleno. Rascarlo detrás de orejas, morro, cuello, deslizar las manos por su cuerpo recorriendo lomo, pecho, patas, hablarle suavemente, repetir su nombre, tomar su cabeza entre las manos. Todos los miembros de la familia deben hacerle estas caricias. Con esto se fomentan los lazos afectivos entre dueño y perro, se acostumbra a la autoridad y control del amo, y de paso se hace un exámen para detectar posibles irregularidades en el cuerpo, lo cual garantiza una rápida atención a cualquier bulto o irregularidad en su cuerpo.
- Reforzar la autoridad del amo. Todas las situaciones cotidianas deben aprovecharse parta reforzar la autoridad del amo. Así por ejemplo, no debe pasar una puerta antes que su amo, tampoco permitirle poner las patas sobre su amo en señal de dominio, cuando juegue con su juguete favorito, quitárselo de la boca, si no ofrece resistencia devolverle su juguete y felicitarlo, llamarlo de su sitio de descanso para que se desplace a donde está su amo.Estos ejercicios deben ser esporádicos, y serviran para que el cachorro comprenda que es de un rango inferior en ese grupo, y así será un perro feliz al estar bien ubicado socialmente.
- Refrenar sus impulsos. El cachorro será muy inquieto durante los primeros nueve meses de vida , robará zapatos, hará destrozos, y querrá hacer lo que quiera. El amo no debe permitir estas travesuras, pues el animal sufrirá mas, cuando de adulto estas costumbres le son prohibidas. Para evitar que haga estas cosas, se debe imitar el comportamienrto de la madre con una cría descarriada; la madre refuerza su autoo ridad agarrándolo por el cuello y zarandeándolo suavemente. Cuando ya el cachorro tierne 5 o 6 meses, se le obliga a adoptar posturas de sumisión, o bien haciéndolo acostarse en el suelo de medio lado mientras se le cierra el hocico por unos segundos, o colocarlo boca arriba de manera que sus patas apunten hacia lo alto.
- Atención a la voz del amo: Es necesario que el cachorro aprenda a atender a las órdenes de su dueño, y para esto es necesario que aprenda a responder cuando se le llama por su nombre, esto se logra repitiendo el nombre sobretodo cuando va a tener una actividad agradable para él, como salir a la calle, servir su comida; una vez que sepa su nombre y atienda cuando lo llamen es necesario que aprenda la orden de "siéntate" para que deje cualquier actividad y permanezca en espera.
Con el adecuado aprendizaje de estos ejercicios, se logra un cachorro obediente, ocupando el lugar que le correspnde en la comunidad familiar,capaz de socializar, y de recibir y dar cariño