Ni giros en U, ni quedarse parado, nada. El truco consiste en, cuando la perra empieza a tirar, dar un latigazo seco con la correa. (No al perro, no me seáis brutos: un latigazo en el aire, como un chasquido.) Con eso la perra se sobresalta un poco y, al llevar collar de estrangulación (de los de cadena), el collar hace ruido y se ciñe y se desciñe rápidamente. Eso ella lo interpreta de maravilla como un correctivo. A la tercera vez, se acabaron los tirones.
Llevo ya un par de semanas poniéndolo en práctica, y genial. Incluso yendo hacia el campo, va sin tirar: mueve las patas lo más deprisa que puede (

Ayer me los llevé a los dos juntos, con sus collarcitos, y llegamos hasta el campo tranquilamente, con mis dos brazos en su sitio. Y, a la vuelta, incluso me permití el lujo de llevarlos a los dos agarrados con una sola mano, algo impensable hasta ahora.
Hala, ya os lo he contado
