Habíamos pensado en visitarlo (tanto la hermana de mi novio y supuesta dueña del perro como nosotros) pero el veterinario ha dicho que sería mejor que no, que sólo empeoraría su adaptación a la otra casa. Que si no íbamos a ir todos los días mejor que ni nos acercáramos.
¿Qué pensáis? Yo no lo sé, está claro que sería un horror irnos después de la visita sin él, y quizás se pusiera tonto (yo ni sé si sería capaz de hacerlo) pero al mismo tiempo me preocupa la sensación de total abandono que pueda tener. Aunque puede que sólo reavivamos ese sentimiento si vamos para no llevárnoslo.
Es que ya no éramos partidarios de sacarlo de casa para que entrara la abuela y no me gustaría fastidiar aún más al pobre animal.
