Te crees algunas veces que no, pero captan las cosas con una facilidad tremenda, por tanto saben ''cómo es cada cuál'', quién es más permisivo, más ansioso, más nervioso... Y tienden a comportarse de una forma muy diferente dependiendo de la persona, ''aprovechando'' por decirlo de alguna forma, de cada una lo que les conviene.
Cuando esté calmado (y tú también), le ''invitas'' al juego, cuando se ponga nervioso le dices ''¡no!'' y paras el juego, si ves que está nervioso o excitado ignóralo, si al corregirlo ves que aumentas ese estado, ignóralo completamente, como si no existiera. A veces el problema es que no sabemos hacerles entender el ''no'', entonces en ocasiones ayuda a ignorarlo para que se vaya dando cuenta y capte de forma más adecuada el significado de dicha orden.
Algo que puedes hacer y que te puede ayudar.
Pillas un juguete de los que más le guste, te sientas, cuando venga nervioso o excitado a por él y a por ti para jugar, le dices el ''no'', de forma firme, seria y directa, posee el juguete, en ese momento el juguete NO se puede tocar ni coger, es sólo tuyo y él no está ''invitado'' ahora mismo para compartirlo. Cuando se relaje, le tiras el juguete, lo llamas de forma muy suave (nada de euforias, ni excitaciones) para que te lo traiga, cuando empiece a volver a ponerse nervioso, otra vez a lo mismo, posees el juguete, hasta que no se calme, no hay juego.
Esto te vas a costar mucho, porque al prinicipio los nervios y la excitación ''los ciegan''
, así que puede que tarde en captar lo que esperas de él, pero con paciencia y ser firme siempre (y siempre, es siempre) verás como lo va comprendiendo.P.D.: Cuando no estés tranquila, y estés frustada, nerviosa, tensa o inquieta, no te fuerces, pues a veces queriendo hacer las cosas a la ligera, sin querer e insconcientemente lo empeoramos, al no estar transmitiendo lo que queremos de forma adecuada, no hay prisas, por lo que no hay que ''meter presión''.
