La cosa es que aparentemente, ambos se llevan genial, se persiguen uno al otro, se incitan a jugar y se lían a ello, pero llega un momento en el que el juego es darse golpes con el pecho e intentar morderse el cuello, especialmente la mía, que es menor de tamaño y se le intenta subir encima (le pone las patas delanteras en la grupa mientras le intenta pillar el pellejo del cuello).
El otro pesa el doble, pero enseguida se pone panza para arriba unos momentos para luego continuar el juego.
Creéis que es saludable o que esta actitud entraña algo más? Yo veo como que la mía le intenta dominar, puesto que también le quita todos los juguetes que él coja, pero no se muerden para hacerse daño ni nada.
A ver si les grabo en vídeo, la verdad es que los ves y te partes de risa
