Alina parece un cruce de galgo o podenco, con un blanco deslumbrante y una elegancia que se ve en todos sus movimientos. Es tranquila y timida y se nota que en los 3 meses que tiene de vida ha pasado por mucho. Cuando llego, tras encontrarla perdida y sola por el campo, apenas dejaba que se acercaran sus compañeros del refugio, no quería jugar y estaba asustada y huidiza. En el poco tiempo que lleva con nosotros ya ha cambiado. Comienza a comportarse como un cachorro feliz. Juega, corre, pide mimos y nos roba el corazón a cada minuto. Necesita un hogar y una familia.
Para mas información: www.ciudadanimal.org