Sólo se tenían la una a la otra, compartían el dolor, el miedo y la soledad del zulo en el que vivían.
Entre basura y sus propias heces, sin conocer el cariño de nadie mas que el de la una a la otra, se han convertido en inseparables y nuestra intención es que sigan así.
Deben tener unos 4 años y ahora están muy bien de salud.
Aunque son un poco tímidas debido a la vida que han tenido, se llevan bien con otros perros y milagrosamente son cariñosas con los humanos.
Se dan en adopción a las dos juntas.
Para mas información: www.ciudadanimal.org


