Mila estuvo vagando por un polígono más de un año. Cruzaba la carretera y dormía en una rotonda. Estaba muy asustada y no dejaba que nos acercásemos. Para sobrevivir se comía los conejos atropellados hasta que descubrí donde dormía y le empecé a poner comida y agua todos los días.
Allí estaba, en la calle, pasando mucho frío en invierno y mucho calor en verano. La he visto pasar horas bajo la lluvia... Para colmo la dejaron preñada y dio a luz 4 cachorritas que tardamos mucho tiempo en encontrar porque Mila es muy lista y las escondió muy bien. Por desgracia, cuando las intentábamos coger se metían en un tubo de hormigón medio enterrad y no había forma de sacarlas de allí, hasta que una mañana una de las cachorras salió a la carretera y la atropellaron. La pobre Mila estuvo todo ese día ladrando a los coches que pasaban para que no pisaran a su bebé muerta. Ese día decidimos que había que cogerlas como fuese...
Con la ayuda de uno chicos de la empresa del aguas hicimos un agujero en el tubo de hormigón y sacamos a las tres cachorritas muertas de miedo. Por fin estaban a salvo. Sin embargo, Mila, no quiso dejarse coger y se alejó dejándonos con sus cachorras. Ese día también fue duro para ella, de repente se vio sola y no dejaba de olfatear buscando a sus peques. Yo me quedé con ella hasta que se hizo de noche pero no quiso acercarse... Me sentía super culpable y tomé la decisión de no descansar hasta poderla coger. Poco a poco me fui ganando su confianza de nuevo pero avanzábamos muy lento... Un día vi como un perro la motaba y me horroricé pensando en que se volviese a repetir la historia de los cachorros, así que ese sábado por la mañana fui con una amiga al polígono y le dimos de comer salchichas y quesitos con un par de pastillas tranquilizantes para perros. Pasaron más de tres horas hasta que Mila se relajó y nos dejó cogerla.
Desde entonces han pasado muchas cosas:
La llevamos al veterinario y resultó estar preñada.
Tuvo un aborto y perdió a los cachorros.
La esterilizaron y se recuperó...
Ahora vive con Carol y una de sus cachorras en una casa en el campo donde espera una familia que la quiera adoptar y tratarla con todo el cariño que merece. Sus otras dos peques fueron adoptadas por dos familias en Alemania y viven allí muy felices. Ojalá alguien le de una oportunidad a Mila para pasar los últimos años de su vida en un hogar.
Lara
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