El anterior dueño de Quinto decidió que el animalito de 3 años de edad era una molestia demasiado grande como para darle su derecho a la vida y lo quiso sacrificar. ¿su delito? escapar del campo donde vivia en 3 ocasiones. Por ese motivo se le dió acogida en nuestro improvisado refugio pero su enorme tamaño y su carácter, noble y cariñoso con las personas pero poco sociable con el resto de perros, le hacen imposible la convivencia, por lo que ha tenido que acogerlo uno de nuestros voluntarios en su lugar de trabajo.
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