El invierno es muy duro en el albergue, los días son muy cortos, hace frío y las tuberías se congelan obligando a los voluntarios a tener que llevar el agua a mano desde el pueblo, pues además de necesitarla para limpiar, los perros no tienen agua para beber pues se queda como una piedra de hielo, y todo este trabajo extra, deja poco tiempo para los mimos y los paseos. Así es que los pobres aprovechan cualquier oportunidad para reclamar su ración de cariño.
Aquí Collarín buscando caricias… Feliz Navidad precioso, ojalá pronto encuentres tu lugar…
