Pues suena el timbre esta mañana y cuando abro con la perra (Guess, siete meses, pastor australiana) cogida por el collar, me encuentro a un tipo impresionantemente alto que la mira y me dice "ah, está dentro". Luego me suelta que es inspector veterinario y que viene a comprobar las condiciones en las que está la perra. Yo con los ojos como platos

En fin, lo único "raro" que ha encontrado es que lo que sujeta la correa del jardín no está homologado, y que en el jardín no hay caseta, que se la llevó la tormenta (ha hecho fotos de los restos de la caseta y todo).
Ha dicho que todo lo demás está bien y que evidentemente no es por casos como estos que se hacen las inspecciones... pero en fin, eso, que estoy impresionada (positivamente). No me gustan este tipo de frases, pero tengo que decirlo... estamos a años luz...
