Tanto perro diminuto, tanto perro pequeño, tanto perro grande, tanto perro enorme... ¿Y los medianos, qué, eh? ¿Y eso no es discriminación?
Yo estoy aquí, echa un mar de dudas, porque hay algo que no comprendo. No quieren que los chihuahuas se relacionen con animales que le superen el tamaño por posible lecciones y accidentes. ¿Entonces tampoco puedo ir yo?
Mirad que yo rondo los 60 kilos, ¿qué ocurriría si me tropiezo y me caigo?
Es más, ¿los perros diminutos no conviven día a día con animales que suelen superar los 50 kilos? ¿Qué andan de pie y les pueden pisar? ¿Qué pasa si alguna vez algún dueño o dueña con un perro de apenas dos kilos se cae? ¿Qué ocurriría si jugando con un chihuahua les das sin querer o te tropiezas? ¿No somos acaso nosotros, animales con una corpulencia y fuerza tales capaz de poder matar a un chihuahua de un pisotón? ¿Qué hacemos conviviendo con ellos? ¿O es que nosotros nunca tropezamos y cometemos errores? ¿Es que nunca sufrimos accidentes? ¿Tan superiores nos creemos que somos incapaces de ver que de la misma forma que nosotros nos adaptamos al cuerpo de seres diminutos sin provocarles daño lo pueden hacer los perros? Ah, no, espera, que son animales, ¿y nosotros qué somos? ¿Robores? ¿Seres perfectos? ¿Seres superiores incapaces de comprender que de la misma forma que poseemos la capacidad de adaptarnos y poder así convivir con seres que no levantan el palmo del suelo lo pueden hacer el resto de animales?
Será eso. Yo mientras tanto, con mis cerca de 60 kilos no podría ir a una quedada de esas características sin garantizar que no sufriré un accidente. ¿Quién sabe? A lo mejor me tropiezo con la pata de una mesa de picnic, pierdo el equilibrio, me caigo lentamente, mientras a mi lado, un chihuahua de menos de 2 kilos verá pasar su vida ante sus ojos. Soy un peligro inminente.